Este fue mi relato, espero les guste :D
Perfecto
¿Lista Karina?
–me pregunta Matías, mi hermano.
¿Lista?
¿Preparada? ¿Cuándo lo iba a entender? Jamás estaría lista para esta locura. De
haber sabido que esto iba a pasar no hubiera venido.
Hace una hora que llegamos al aeroclub, mi hermano
siempre quiso vivir la experiencia de saltar con paracaídas, hasta que finalmente
se decidió a vivirla, y no quería perderme el momento cuando actúe como
gallina, se acobarde y le devuelvan el dinero (que quiero aclara es mucho) de
esta experiencia de menos de 10 minutos. Luego de firmar unos papeles donde
dice que es 100% responsable de sus actos y único culpable si algo le sucede,
pasamos a las clases de prácticas.
Está bien lo
admito, otra de las razones por las que vine es para conocer a un sexy paracaidista,
los chicos atléticos me enloquecen y no me decepcioné después de ver a Alex. Su
cuerpo es increíble, sus bíceps perfectamente marcados, en su rostro se
marcaban 2 hoyuelos cada vez que sonreía, su cabello castaño con su muy cuidado
peinado despeinado, su piel casualmente broceada, en general todo de él era
increíblemente perfecto.
Nos dirigimos a
las prácticas de paracaidismo, aquí Alex le explicaba Matías como saltar, y como
dejarse llevar por el paracaidista profesional que saltaría con él, había otras
personas reunidas con nosotros, nuevas en esta experiencia escuchando
atentamente, todos tenían muchas preguntas y graciosas caras de miedo y falsa
valentía en sus rostros, ¿Dónde hay una cámara de fotos cuando se la necesita? Las
explicaciones de Alex eran muy claras y ¿era mi impresión o me miraba todo el
tiempo?
Finalmente la
hora de saltar había llegado, todavía estaba esperando que Matías se acobarde
cuando Alex comenzó a colocarle el arnés junto con otro saltador profesional,
Julián que parecía ser de unos 40 años.
- ¿Lista
para saltar tú también? - Alex me preguntó. Me mostraba su más amable sonrisa
de perfectos dientes blancos.
- Solo
vine a ver a mi hermano, me encantaría pero no tengo el dinero.- estaba
empezando a balbucear.
- No
te preocupes por eso, te vas a divertir, yo te voy a cuidar.- ¿Me estaba coqueteando Don Perfecto?
- No
estoy muy segura, no estaba prestando atención cuando dabas la explicación
sobre lo fundamental, estaba distraída – lo digo con mi más adorable sonrisa. No
le dije que la verdadera razón por la que no prestaba atención era por su
increíble cuerpo y sus ojos verdes que me distraían cuando daba las
instrucciones.
Una tercera voz
se sumó a la discusión.
- Ya
estás acá, no te acobardes ahora.- Y empezó a cacarear como gallina.– era Matías, yo que venía a burlarme de él y ahora él se burla de mi, algún día lo
voy a matar, pero por el momento tomé una decisión.
- Está
bien, si me vas a cuidar y no vas a
dejar que nada me pase, en ese caso, acepto tu oferta.
El vuelo en
avión fue hermoso, Alex nunca soltaba mi mano, estaba muy tranquila mirando el
paisaje, cuando era pequeña siempre soñaba con volar igual que un pájaro,
supongo que todos quieren sentir los mismo.
El momento
llegó, primero saltó Julián con Matías, luego otras personas, Alex y yo éramos
los últimos, nos acercamos a la puerta, primero me dio un pequeño empujón, tomó
mi mano fuertemente y me traspasó su infinita seguridad de profesional, otro
pequeño movimiento y después caíamos en una completa paz y armonía, Alex sabía
que movimientos hacer para estabilizarnos y que la caída fuera perfecta, me
dejé llevar por él, miré hacia abajo, disfrutaba del paisaje, los primeros
saltadores ya habían abierto sus
paracaídas y el desfile de colores en el cielo azul era perfecto, comprendí por
qué Alex quería que seamos los últimos, el contraste del verde campo y los
alegres colores de los paracaídas eran magníficos, de repente nuestro
paracaídas se abrió, no fue la situación más romántica del mundo, esa cosa
gigantesca hace que subas unos metros de forma brusca, pero luego caes lentamente,
y estás planeando. Cerré los ojos y me dejé llevar, sentí la brisa que nos
mecía, la sensación era inexplicable, al igual que un pájaro libre en el cielo
tampoco puede explicar que es lo que siente al tener un gran espacio abierto
solo para él.
- Es
perfecto - me animé a decir. No sabía si interrumpir la armonía con una charla, pero no lo puede evitar, estaba contenta de compartir la perfección con alguien
más.
- Esta
sensación es mejor que cualquier otra, me encanta que lo disfrutes tanto como
yo, y que lo hayas experimentado conmigo.
No
creía lo que escuchaba, quería abrazarlo, pero no podía por la ubicación en la
que estábamos, quería tomarlo de la mano pero él tenía que dirigir el
paracaídas al lugar de aterrizaje. Así que opté por seguir disfrutando de la
hermosura ante mis ojos, ya tendríamos tiempo para lo nuestro. Luego de un par
de minutos más me di cuenta que nos habíamos alejado de los demás paracaidistas,
me pareció que Alex leyó mi mente porque dijo:
- Tengo
una sorpresa para ti. Un lugar especial para aterrizar.
No
sabía que esperar y no lo creí hasta que lo vi. Unos metros por debajo de
nosotros se extendían un gran campo de flores silvestres rojas, rosas,
violetas, no entraba felicidad en mi corazón. Alex sabía perfectamente como
aterrizar, me dijo que suba los pies y él se encargaría, cuando estuvimos lo
suficientemente cerca del campo extendí las manos, rozaba las flores, la
sensación era como disfrutar una delicada y perfecta seda.
Finalmente
él se incorporó firmemente en el suelo y yo también, me liberó del arnés de
seguridad y por fin pude ver su expresión.
Había
una gran sonrisa en su rostro, sus ojos verdes brillaban de felicidad y reflejaban
la mía, tomé su rostro e hice algo que normalmente no haría, le di un profundo
y apasionado beso, comenzaba a alejarme pero él no me dejó, me devolvió el
beso, primero fue tierno hasta que incrementaba en pasión como un fuego que nos
envolvía era exquisito y adictivo, hasta que se alejó un poco para verme mejor,
en sus ojos había un interrogante, estaba preocupado por mí. Antes que me
pregunte le conteste.
- Estoy
bien. – jamás había estado tan segura. - no te preocupes.
- ¿Segura?
Porque eres la primera chica que después del salto no cae en un estado nervioso
o catatónico.
- Estoy
perfectamente bien y luego del salto mejor aún.
Me
siguió mirando preocupado hasta que se convenció.
Nos
abrazamos y quedamos en silencio, ya no había nada más que decir, nos teníamos
el uno al otro.
- Probablemente
deberíamos volver, deben estar preocupados.
- Si,
regresemos.
La
sensación de volar fue maravillosa, pero el beso con Alex, fue algo más. Nunca
antes alguien había experimentado la perfección como lo hice yo.
FIN
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